Lorena Paez
Los objetivos de una empresa son la base para construir un plan que haga tu negocio exitoso, ya que, de esta manera, sabremos cómo orientar nuestras acciones y decisiones para llegar a lo que queremos ser. Es así que, si ves objetivos seguros, realistas y retadores, lo más probable es que esa empresa empiece a ir hacia arriba.
Sin embargo, seguramente te estás preguntando: ¿cómo formular los objetivos de una empresa sin fracasar en el intento? Puede sonar sencillo al inicio, pero hay varios criterios que debes tomar en cuenta para elaborar buenos objetivos para una organización.
Por suerte, en el artículo de hoy, tenemos toda la información que necesitas para establecer los objetivos de una empresa. En primer lugar, aprenderás qué son los objetivos de una empresa y sus características. Además, conocerás los tipos de objetivos de negocio que existen y las mejores estrategias para definir los objetivos de una empresa. Finalmente, te daremos algunos ejemplos de metas organizacionales, así como recomendaciones.
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Los objetivos de una empresa son el conjunto de metas que marcan lo que la organización pretende alcanzar en un futuro. Es decir, la situación a dónde la empresa se quiere dirigir y qué camino tomará para llegar. Para esto, debe tener en cuenta los recursos necesarios, tanto presentes como previsibles, para que sean utilizados eficientemente.
Las metas de una empresa son importantes porque son una herramienta que sirve para trazar cada paso cuidadosamente y organizar todos los niveles de la empresa para alcanzar el éxito. Asimismo, se podría decir que son la base de todo negocio para asegurar la rentabilidad y supervivencia.
Los objetivos de una organización se encargan de comunicar a los colaboradores hacia dónde van como negocio y qué acciones y decisiones deben tomar para contribuir al éxito de los planes. Por esto, tener al personal al tanto de metas es tan importante, ya que fomenta la cohesión y la colaboración, y evita que la organización caiga en la incertidumbre.
Además, tener los objetivos de una empresa bien claros permite enfocar el esfuerzo del personal y de los directivos en tareas específicas; de modo que, no se desperdicie ni se dispersen las energías y evitar ocasionar pérdidas de tiempo y dinero innecesarias.
Por otra parte, las metas de la organización sirven para poder medir el progreso, el desempeño y la productividad, y con esto determinar si es necesario ajustar el plan o si hay que plantear nuevos objetivos para el futuro. También, las evaluaciones periódicas y los objetivos claros motivan a los trabajadores.
En conclusión, según propone la plataforma Impulsa, web especializada en negocios y marketing digital, los objetivos de una empresa cumplen con cuatro funciones: medir el éxito, tener un mismo propósito, comprender los objetivos y reevaluarlos para verificar que el negocio va en la dirección correcta.
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Los objetivos de una empresa deben poder medirse, cuantitativa y/o cualitativamente. Además, por lo mismo, necesitan ser precisos y concretos. De esta forma, se podrá comparar si hay cambios con respecto a un periodo anterior.
Usualmente, se le da prioridad a los objetivos cuantitativos de una organización, ya que nos produce resultados que podemos medir de manera numérica. Sin embargo, los objetivos cualitativos de una empresa serán los que tengan un mayor impacto y más a largo plazo.
Probablemente, esta sea la característica más importante de cualquier objetivo organizacional, ya que si la meta no se puede medir, no podrá ser evaluada. En palabras sencillas, nunca sabrás si realmente el equipo de trabajo está yendo en la dirección que esperabas o si tu empresa se está yendo lentamente al fracaso. ¡Mucho ojo con eso!
Para formular las metas de un negocio, debes tomar en cuenta la capacidad humana y los recursos de la organización, así como el periodo de tiempo. Los objetivos de una empresa deben ser accesibles, en el sentido que no podemos crear expectativas que serán imposible de alcanzar. De lo contrario, puede generar desmotivación e inconformidad.
Los objetivos de una organización deben tener suficiente claridad para poder comunicarlos a todos los miembros de la empresa, que lo comprendan y se comprometan e involucren para lograrlos. De esto dependerá los esfuerzos de los colaboradores para cumplir con el plan elaborado.
Es así como establecer objetivos en una empresa debe ser totalmente directo. Por ejemplo, si tu idea es aumentar las ventas, una forma de ser claro es: “aumentar el número de ventas en un 50% antes de finalizar el mes”. De esta manera, tu equipo de trabajo sabrá que tiene que hacer y cuánto tiempo tendrá para cumplirlo.
Sigamos conociendo más características de los objetivos de una empresa.
Las metas de una empresa deben estar alineadas con la cultura, misión, visión y valores de la organización. De la misma forma, deben ser coherentes y tener lógica entre sí, es decir, no se pueden contradecir uno al otro. Por otra parte, deben ser conscientes del contexto y de las necesidades del mercado en el que se desenvuelve la empresa.
Por ejemplo, pueden existir objetivos específicos para cada área de una empresa; sin embargo, es muy importante conocer los objetivos de los distintos departamentos de una organización como una brújula para diseñar metas que sean coherentes entre sí.
Para que realmente los objetivos de una empresa puedan tener un impacto total en la organización deben ser reconocidos y comprendidos por absolutamente todos los miembros que la conformen.
No obstante, debes tener en cuenta que no basta tan solo con comunicarlo. Como líder, debes estar seguro de que la comprensión por parte de todo el equipo sea la misma, ya que, para cumplir con cada objetivo, es muy probable que necesites el apoyo de todos los colaboradores y que estén alineados. Una solución para esto, es realizar capacitaciones constantes para poner a prueba la comprensión de objetivos de tu empresa por parte de todo tu equipo de trabajadores.
Otra característica de los objetivos de una empresa es que siempre deben ser redactados de forma positiva y final. ¿A qué nos referimos con eso? No puedes plantear un objetivo a modo de interrogante o suposición. Debes asumir que ese objetivo será un reto que tendrás que afrontar, pero que, al fin y al cabo, será alcanzado.
Por ejemplo, un ejemplo de objetivo de una empresa que cumple con este criterio sería: “Lograr contratar un 10% extra de personal joven antes de finalizar el año”. Por otro lado, su versión errónea sería: “Espero aumentar el porcentaje de personal joven antes de finalizar el año”. Cómo puedes notar, el primero suena como una imposición retadora, mientras que la segunda oración es dubitativa y poco alentadora para tus colaboradores.
Finalmente, los objetivos de una empresa deben ser un desafío para la misma. No tiene sentido plantear objetivos sencillos solo con la intención de no fracasar, ya que la idea de establecer metas en una empresa es que supongan un progreso importante para llegar a las metas globales de la organización. Asimismo, deben promover el cambio y el crecimiento y demandar el esfuerzo, trabajo y constancia de los colaboradores. ¡Siempre debemos ir por más!
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Como mencionamos al inicio de este artículo, todos los objetivos de una empresa no son iguales. En realidad, existen diversas formas de clasificarlos dependiendo de las características que posean. Por ejemplo, podemos encontrar objetivos de una empresa según su naturaleza, duración, medición y jerarquías. A continuación, te explicaremos cada uno de ellos.
Los objetivos se pueden dividir en base a que tan concretos sean, es así como tenemos:
Los objetivos generales de una organización son los que planteamos para resumir la idea principal y global de la misión y visión de la empresa. Como dice su nombre, estos son genéricos, es decir, es una guía amplia, pero concisa, hacia la meta a largo plazo, que se despliega en objetivos puntuales; también conocidos como objetivos específicos.
Los objetivos específicos de una organización son afirmaciones focalizadas que se relacionan al logro del objetivo general. Es decir, son estrategias definidas que se pueden medir y se relacionan a una lista de tareas propia.
Normalmente, varios objetivos específicos conforman a un objetivo general, por lo cual la realización de ellos es muy importante para obtener los resultados a nivel macro que se esperan en una organización.
Otra forma muy común de diferenciar los objetivos de una empresa es en base al tiempo que va tomar conseguir resultados. Es así como, en este caso, tenemos:
Este tipo de objetivos organizacionales se caracterizan por ser sumamente urgentes y necesitan ser alcanzados en el menor tiempo posible. Si bien no existe un tiempo exacto para considerar que un objetivo es a corto plazo, se estima que debe tener un tiempo aproximado de semanas o 1 mes como máximo.
Asimismo, cabe mencionar que, normalmente, este tipo de objetivos no son planificados, sino que resultan de situaciones imprevistas.
Un ejemplo de un objetivo a corto plazo sería el siguiente: “Contratar a un asistente suplente antes de finalizar la semana”. Como puedes notar, la urgencia es máxima y únicamente hay 7 días para llegar a la meta.
Los objetivos a mediano plazo, a diferencia de los anteriores, sí suelen ser planificados y suelen tener una extensión de 1 año a 2 años aproximadamente. Este tipo de objetivos de una empresa suelen ser relevantes para conseguir los objetivos a largo plazo que explicaremos más adelante. Asimismo, debes tener en cuenta que las metas organizacionales pueden ir variando constantemente, dependiendo del progreso que vaya teniendo la compañía.
Por último, tenemos los objetivos a largo plazo. Estos son aquellos que se consiguen en un tiempo entre los 3 y 5 años aproximadamente. Además, son diseñados a nivel macro y pensando en el futuro en el que se ve a la organización. Al ser muy complicado prever el cumplimiento o fracaso de este tipo de objetivos, en ocasiones, suelen ser muy generales y difíciles de medir.
Por otro lado, otra forma de segmentar a los tipos de objetivos de una empresa es dependiendo de la forma en la cual puedan ser medidos. En este caso, los objetivos de negocio se dividen en dos:
El prefijo “cuanti” expresa cantidad. Esto significa que este tipo de objetivos organizacionales son aquellos que pueden ser medidos en base a cantidades y números, o sea, por cifras exactas. También se caracterizan por ser específicos y a corto o mediano plazo.
Un ejemplo de este tipo de objetivo empresarial es: “Vender cinco mil pares de zapatillas para Julio del próximo año”.
Por otro lado, los objetivos cualitativos suelen estar relacionados con la imagen de la marca y el posicionamiento de la empresa. A diferencia de los cuantitativos, este tipo de objetivos no son medibles en cantidades y están orientados a ser objetivos a largo plazo. Asimismo, para llegar a cumplirlos se requiere completar una serie de objetivos organizacionales específicos.
Un ejemplo de este tipo de objetivos es: “Ser la marca de zapatillas líder en moda juvenil en toda Latinoamérica”.
Finalmente, la última forma de categorizar a los objetivos organizacionales es según la importancia que tengan. En este caso, tenemos tres tipos de objetivos:
El término objetivo estratégico proviene de la jerga militar, en que se crean estrategias para combatir al enemigo. De la misma forma, construir estrategias es la base de toda organización. Sin embargo, en este caso, serán las acciones y decisiones premeditadas hacia el cumplimiento de una finalidad específica.
También, nos referimos a estos como los objetivos a largo plazo de una empresa, ya que su funcionamiento sostenido en el tiempo de vida de la organización será central para su éxito. Asimismo, es muy común que cada una de las áreas tenga su propio objetivo estratégico, pues este se encargará de marcar la pauta para que identifiquen su rol en la visión general.
Muchas veces se utiliza el método FODA para poder construir las estrategias de la organización. Este consta de un análisis sobre las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de una empresa.
Los objetivos tácticos de una organización son los que están dirigidos al desarrollo de un área en particular. Suelen ser los objetivos orientados a un mediano plazo. Normalmente, los formula el líder de la compañía y los deriva a cada jefe de área. Además, se desglosan del papel de cada departamento en el logro del objetivo estratégico de la organización. De la misma forma, cada objetivo táctico se divide en objetivos operacionales.
Le llamamos objetivos operaciones a las metas alcanzables a corto plazo de una organización. Puede involucrar desde actividades con resultados casi inmediatos hasta resultados en los próximos 12 meses. Estos están formulados por cada jefe de área y las responsabilidades se transfieren directamente a los colaboradores del departamento.
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Los objetivos de una empresa deben establecerse según el contexto, las posibilidades reales y los recursos disponibles. Es parte de la planificación de las acciones y decisiones de la organización, por eso, todo el personal, sobre todo los jefes de área, deben estar muy informados al respecto.
Como mencionamos previamente, los objetivos de una organización necesitan ser medibles, alcanzables, claros, coherentes y representar un desafío. Asimismo, deben contar con un periodo de tiempo establecido para su desarrollo. Del mismo modo, en cuanto al orden, los objetivos de la empresa se deben organizar por prioridad. Una buena herramienta para redactar los objetivos de una empresa es la metodología SMART.
Por otra parte, al establecer los objetivos de un negocio, se tienen que tomar en cuenta todas las áreas, así como a todos los actores. Como, por ejemplo, muchas compañías se enfocan en la experiencia de sus clientes y dejan de lado a sus empleados. Debe existir un balance entre ambos y reflejarse en las metas.
Aparte, se debe tener muy presente que las metas de una organización necesitan estar conscientes del contexto y de la competencia, que es cambiante y evoluciona constantemente. Por esto mismo, deben permitir cierto grado de flexibilidad y necesitan existir planes de contingencia.
¿Cómo redactar un objetivo? Los objetivos de la organización necesitan comenzar por verbos infinitivos; como, por ejemplo, obtener, desarrollar, acceder, ingresar, elaborar, etc. Además, deben estar enfocados en logros; es decir, no son tareas o conductas específicas.
En fin, cada objetivo de una empresa debe contener estos tres elementos.
Igualmente, al elaborar las metas y objetivos de una empresa se requiere considerar cuál es la misión y la visión, así como los valores de compañía pues son parte esencial de la identidad, el concepto y propósito de la organización.
La misión de una organización es la razón de ser de la empresa. Todo negocio, además de ser rentable y traer utilidades, tiene un motivo por el que fue creado; es decir, busca satisfacer una necesidad en el mercado y público objetivo. Además, tiene una características o varios rasgos que la distinguen de la competencia.
La misión de una empresa refleja su esencia ¿Quiénes son? ¿A qué se dedican?, específica hacia quien se dirigen los productos o servicios ¿Quién es el público objetivo? ¿En qué comunidad operan?, e indica por qué son auténticos ¿Qué los hace especiales? ¿En qué se diferencian de la competencia?.
Por otra parte, debe considerar que la misión se expresa en presente y debe ser concisa; asimismo, contiene el objetivo diario de la empresa y a dónde apuntan hacia el futuro.
Cuando hablamos de la visión de una empresa nos referimos a lo que la empresa quiere convertirse en un futuro, inspirado en sus metas a largo plazo. Basado en esto, se formularán los objetivos generales, objetivos específicos y estrategias de la organización.
La visión debe reflejar las aspiraciones de la empresa ¿Qué se proponen lograr?, expone nuestra motivación ¿Por qué queremos hacerlo? y nos dice cuál será el camino que se tomará para obtener este objetivo ¿Cómo lo van a hacer?.
Por otro lado, se debe tomar en cuenta que la visión de una organización se expresa en términos de tiempo futuro, debe incluir a todas las áreas de la empresa y es atemporal, es decir, no define el periodo de tiempo para cumplirlo.
Los valores de una organización son los principios éticos en los que se basa su actividad. Asimismo, podría definirse como la filosofía de la empresa que determina los códigos de comportamiento tanto de los colaboradores como de la compañía como tal.
De la misma forma, los valores serán lo que transmite y manifiesta la empresa como marca al público. Con esto, expresaremos en qué creemos como organización y qué principios defenderemos. De la misma forma, expresa cómo lograremos nuestros objetivos.
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Si bien los objetivos de una empresa deben ser diseñados en base a las necesidades que esta pueda tener, existen ciertas metas que todas las organizaciones deberían apuntar para generar rentabilidad y alcanzar el éxito. A continuación, te mostraremos cuales son esos objetivos infaltables en cualquier negocio.
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Ya tienes todos los conocimientos necesarios sobre cómo fijar los objetivos de una empresa. Sin embargo, siempre hay algunos consejos que te ayudarán a terminar de afianzar todo lo que sabes y llevar a tu organización al éxito. Descubre los mejores tips a continuación:
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¡Hemos llegado al final de este artículo! Esperamos que ahora hayas comprendido mejor cómo funcionan los objetivos de una empresa y el gran impacto que pueden tener en el éxito de tu negocio, sobre todo si son correctamente diseñados. También, no olvides fijar metas a corto, mediano y largo plazo para tener mayor claridad en cada paso para alcanzar tus expectativas.
Recuerda que aprender cómo se construyen los objetivos de una empresa no es una tarea que se puede dominar de la noche a la mañana, por lo que debes tener paciencia y ser perseverante con tu trabajo para sacar a tu negocio adelante.
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¿Listo para empezar a diseñar los objetivos de tu empresa? ¡Mucha suerte!