Una de las primeras fases del emprendimiento es pensar si alguien nos va a acompañar en esta aventura de sacar adelante nuestra idea de negocio. Sí, me refiero a nuestros posibles socios. A lo mejor, se nos ocurra algún familiar, nuestros mejores amigos o incluso, nuestra pareja; lo que todos coincidimos es que debe ser una persona con la que nos llevemos bien y con quien creemos puede haber un posible match.

Pero... ¿realmente existen las almas emprendedoras? ¿esa persona que estás pensando será tu compañero ideal? Repasemos algunos puntos que nos permitirán saberlo mejor.

Es mi mejor amigo, ¡seamos socios!

Si bien será muy divertido, quizá la amistad no será suficiente, los negocios suelen ser un tema frío y calculador. Tu socio debe ser “el mejor”, no solo “risas y diversión”. Recuerda que con él vas a pasar todo un camino, donde encontrarán dificultades y retos, ambos deben tener la capacidad que con su sinergia consigan todos sus objetivos.

¡Sé claro!

Las responsabilidades, gastos y la división del capital deben ser repartidas, un acuerdo escrito siempre será mejor a algo de palabra. Se trata de un negocio en el que todos los socios van a poner muchos recursos, no solo de dinero, sino de tiempo y esfuerzo, por ello es importante que las cosas estén muy claras desde el inicio, y que la mayoría de las decisiones y movimientos de la empresa sean respaldados por documentos avalados.

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¿Qué skills debemos considerar cuando evaluamos un socio potencial?

Ten en cuenta los siguientes aspectos: Disponibilidad, honestidad, experiencia en negocios, resultados exitosos, compromiso, flexibilidad, visión y disciplina. También, es muy importante que ambos se complementen en skills, por ejemplo, si uno es muy sociable y tiende a ser una persona que establece buenas alianzas y relaciones, el otro socio debería ser más orientado al detalle y a los procesos.

Pídele su visión respecto a la ética profesional

Es ideal que la persona que elijas tenga claro su compromiso de lealtad. En especial, que a modo personal puedas sentir que tienen una buena comunicación y que exista confianza entre ustedes. Así, en caso de que surja un problema, éste pueda ser conversado llegando a una solución que los beneficie a ambos. Estas cualidades de su relación serán fundamentales tanto para su día a día como para la visión de su negocio.

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Finalmente, ¿realmente necesito un socio?

Si puedes hacer algo sin dar parte de tu negocio, siempre es mejor. A veces solo necesitamos alguien que trabaje con nosotros.

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¡Y es eso! Esperamos que estos tips te hayan ayudado y que pronto descubras si realmente necesitas a un aliado en este gran camino que es construir tu emprendimiento. ¡Nos leemos pronto!