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Hablemos sobre Cultura: Impulsando el éxito en las empresas

Irán Gómez Rodríguez | Culture & People Engagement Manager en Aeroméxico - 30 May 24

Articulo

7 min.

En un mundo que evoluciona de manera acelerada, donde la competencia cada vez es mayor y los riesgos son altos, la cultura organizacional se convierte en un activo muy poderoso. Es el hilo invisible que une a una empresa, moldeando su identidad, guiando sus decisiones y, en última instancia, encaminando su destino hacia el éxito o el fracaso.

Más allá de los clichés

Un buen amigo mío dice que la Cultura es la sombra extendida de los líderes, y es muy acertado. No es solo una moda o una iniciativa de Recursos Humanos; es la “personalidad y el alma” de una organización.

Abarca los valores, creencias, normas y comportamientos que definen el por qué y el cómo una empresa hace lo que hace. Es la base sobre la que se construye la reputación de una organización, retiene a sus colaboradores y atrae a nuevos clientes.

 

La Cultura como habilitador de la excelencia

Cultivar una cultura organizacional fuerte y un ambiente de trabajo positivo brinda diversos beneficios para alcanzar el éxito, tales como:

  • Mayor Compromiso de los Empleados: Una cultura que fomenta el respeto, el reconocimiento y la comunicación abierta genera una fuerza laboral comprometida, motivada y dispuesta a moverse en el sentido que la organización lo necesita.
  • Aumento de la Productividad y la Innovación: Cuando la gente se siente valorada y empoderada, es más probable que hagan un esfuerzo adicional y liberen su creatividad.
  • Mayor Lealtad del Cliente: Una cultura positiva y centrada en el cliente se traduce en un servicio que trasciende, fomentando la lealtad a la marca.
  • Atracción y Retención del Mejor Talento: Una empresa con una cultura próspera se convierte en un imán para el talento, ya que se sienten atraídos por trabajar en un entorno que se alinea con sus valores y aspiraciones.

Pero… ¿cómo construyo una Cultura que me lleve al éxito?

Transformar una cultura organizacional no es una tarea de la noche a la mañana; es una labor que se logra con el tiempo y la conscistencia. Aquí hay unas prácticas que pueden servir como punto de partida:

  • Assessment Cultural: Evalúa el estado actual de la cultura de tu empresa a través de encuestas, focus groups y entrevistas.

  • Identifica Prioridades: Analiza los resultados de la evaluación para identificar áreas de mejora y priorizar las iniciativas de cambio.

  • Desarrolla un Plan de Acción Cultural: Crea un plan integral que describa acciones específicas, plazos y responsabilidades para fomentar la cultura ideal.

  • Comunica el Plan y Arma una Red de Embajadores: Difunde claramente el plan de acción y busca la participación activa de un grupo que sirva como agentes de cambio.

  • Implementa y Monitorea el Progreso: Ejecuta el plan de acción de manera consistente, sigue el progreso y realiza ajustes según sea necesario.

Cultivar una cultura que trascienda

Los líderes juegan un papel fundamental en la creación y la adopción de la cultura, ya que se vuelven voceros los valores e inspiran a otros a seguir su ejemplo. Estas son algunas acciones clave de liderazgo que cultivan una cultura organizacional próspera:

  • Comunica los Valores: Desarrolla una campaña de comunicación integral y robusta que permee los valores de tu empresa, de una manera que sea fácil de entender y que resuene en la gente.

  • Cultura Participativa: Integra a tus colaboradores en propuestas y proyectos para que contribuyan de manera significativa en la creación la cultura deseada.

  • Reconoce y Recompenza los Comportamientos Deseados: Reconoce y celebra las conductas de los colaboradores que ejemplifiquen los valores de la empresa.

  • Fomentar la Comunicación Abierta: Fomenta el diálogo abierto, la retroalimentación y la crítica constructiva para crear una cultura de transparencia y confianza.

En conclusión, en un mundo donde el cambio es constante y los desafíos son inevitables, una cultura organizacional fuerte sirve como ancla, proporcionando estabilidad, resiliencia y un sentido compartido de propósito. Impulsando a las empresas hacia la excelencia y permitiéndoles navegar por las mareas cambiantes y emerger más fuertes, más adaptables y más exitosos.