¿Te intriga la historia del Día de Muertos? ¿Eres de los que celebra esta antigua tradición sin saber de dónde proviene? Si quieres descubrir el origen del Día de Muertos y parte de su historia, toma asiento, pues estás en el lugar indicado.
En este post te contaremos la historia del Día de Muertos, conocerás sus misteriosos orígenes y entenderás cómo acabó convirtiéndose en una de las celebraciones culturales y religiosas más importantes de México.
¿Listo para dar un paseo por la historia del Día de Muertos?
¿Qué es el Día de Muertos?
El Día de Muertos es una tradición de origen mexica, celebrada los días 1 y 2 de noviembre de cada año, en la cual las familias honran a sus ancestros y seres queridos fallecidos.
Como tal, el Día de Muertos es el resultado de la mezcla de diversos ritos religiosos, tanto de la cultura de los mexicas, como de la tradición cristiana católica.
Es una de las celebraciones más importantes de México, sobre todo a nivel cultural, por lo cual fue proclamada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco en el 2003.
Su popularidad es tal que, de acuerdo a Statista, más del 91% de los mexicanos participaron de los festejos del Día de Muertos en el 2020.
Ahora que sabes qué es el Día de Muertos en México; hablemos de su origen, pues seguro lo encontrarás fascinante.
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¿Cuál es el origen del Día de Muertos?
La historia del Día de Muertos comienza con los mexicas, nativos que habitaban en la zona de Tenochtitlan, y sus celebraciones religiosas en honor a sus fallecidos. A diferencia del Día de Muertos actual, no había solo una ocasión para los festejos, sino varias celebraciones a lo largo del año.
Todo esto estaba estrechamente relacionado con la mitología mexica y sus creencias ancestrales sobre el más allá. Por eso, para entender el origen del Día de Muertos, tenemos que darle un vistazo a su cosmovisión y a su concepción sobre la muerte.
El antiguo mito de Mictlán y el más allá de los mexicas
Para los mexicas, la muerte no era el fin, sino el comienzo de una nueva vida en el más allá. El mundo de los muertos se dividía en varias regiones, como el Tonatiuhichan, a donde iban los guerreros caídos en batalla; el Tlalocan, el cual era una especie de paraíso reservado para los que morían ahogados; o el Mictlán, el vasto reino de los difuntos. Este último, era el destino de la mayoría de los fallecidos.
El señor de Mictlán era Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, al que los difuntos debían hacer ofrendas. Por esta razón, los antiguos mexicas hacían obsequios a sus seres queridos fallecidos en los festejos del Día de Muertos, puesto que estos regalos eran los que los muertos ofrendarían a Mictlantecuhtli.
Se creía, también, que los difuntos debían realizar una peligrosa travesía para llegar a Mictlán, por lo que además de los obsequios para Mictlantecuhtli, también se hacían amuletos para los muertos y se colocaban junto a sus cuerpos, para que los ayudaran en el viaje.
En esta etapa prehispánica, la historia del Día de Muertos apenas había empezado, puesto que todavía faltaban algunos de los elementos que hoy relacionamos con los festejos del Día de Muertos, los cuales llegarían con la Conquista y las tradiciones del catolicismo.
La transformación del Día de Muertos con la conquista española
La llegada de los españoles y la evangelización, a pesar de lo que podría parecer, no acabó con los festejos del Día de Muertos. En cambio, lo que se produjo fue una mezcla entre fechas religiosas del catolicismo, como el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, con el Día de Muertos.
Todo esto facilitó la integración de las conmemoraciones religiosas, y produjo el sincretismo cultural que hoy es tan característico del Día de Muertos. Este momento podemos considerarlo el origen del Día de Muertos según lo conocemos, con la mayoría de sus detalles característicos.
A partir de este momento, la historia del Día de Muertos continuó evolucionando, y la celebración cambió de maneras puntuales. Por ejemplo, su duración se limitó a los días 1 y 2 de noviembre, y los muertos, que antes eran incinerados, empezaron a ser enterrados de acuerdo a la costumbre cristiana.
¿Cómo se festeja el Día de Muertos en México?
Como habrás notado, la historia del Día de Muertos abarca muchos siglos e implica la mezcla de varias conmemoraciones religiosas, por eso las formas en que se celebra el Día de Muertos pueden variar tanto de localidad a localidad. Sin embargo, todos los festejos del Día de Muertos tienen elementos en común; estos son algunos de ellos:
1. Se hace un altar para los seres queridos fallecidos
En el Día de Muertos, cada familia suele hacer su propio altar con fotografías de sus seres queridos fallecidos. Los altares están decorados con flores y tienen velas encendidas en honor de los difuntos. También se acostumbra colocar ofrendas particulares, como algún tipo de comida o bebida que le gustara al difunto.
2. Las personas visitan los panteones o tumbas de sus familiares y llevan flores
Durante gran parte de la historia del Día de Muertos se ha mantenido la costumbre de visitar las tumbas y panteones familiares, para llevarles obsequios, encender velas y dejar comida. La tradición se conserva aún, y en muchos pueblos mexicanos todavía se pueden ver las tumbas decoradas en el Día de Muertos.
Pero estas costumbres son solo parte de la tradición, pues hay un aspecto aún más importante, que sigue muy vivo en la cultura mexicana, y son las ofrendas en sí. Como podrás imaginar, en los festejos del Día de Muertos no se obsequia cualquier cosa a los fallecidos.
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¿Qué se ofrenda en el Día de Muertos?
Las ofrendas, para los mexicanos, conservan la profunda importancia espiritual que han tenido a lo largo de la historia del Día de Muertos. De hecho, en la mayoría de los casos, se siguen obsequiando los mismos elementos de siempre, junto a otros más recientes.
Estas son algunas de las ofrendas más comunes del Día de Muertos:
1. Flor de cempásuchil
Esta flor, de un brillante color anaranjado, tiene un rol muy importante dentro de los festejos del Día de Muertos. De acuerdo a la tradición, es la encargada de guiar a los difuntos a casa.
2. Un vaso de agua
El vaso de agua es una ofrenda indispensable, y se coloca para que el difunto pueda calmar su sed.
3. Velas
Las velas no solo se encienden en honor a los fallecidos, sino porque su luz, se dice, ayuda a iluminar su camino hasta el hogar de la familia y su altar, por eso son fundamentales en el Día de Muertos.
4. Fotografías
Esta ofrenda es más para los vivos que para los muertos, y está allí para indicar a cuál ser querido se está honrando.
5. Calaveras de azúcar
Las calaveras de azúcar y chocolate son una ofrenda habitual, y se suelen colocar junto a otros postres para los difuntos.
6. Manteles bordados o papel picado
Si te preguntabas cómo sacarle provecho a las manualidades, esta es tu respuesta. Los manteles bordados y el papel picado son un elemento crucial del Día de Muertos, y se suelen colocar en los altares.
7. Copal
El copal es un tipo de resina aromática que los mexicas usaban como incienso. Con este incienso no solo honraban a sus deidades, sino también a sus muertos. En la actualidad sigue siendo parte crucial de los altares del Día de Muertos.
Como habrás visto, la historia del Día de Muertos es sumamente interesante. En la actualidad, siguen siendo una celebración que reúne a millones de personas cada año, y gracias a películas como Coco, se ha hecho famosa incluso en EEUU y otras regiones, que ahora celebran Halloween en casa junto al Día de Muertos.
Si quieres unirte al festejo del Día de Muertos en el futuro, recuerda crear tu propio altar, hacer tus calaveritas literarias para celebrar este día y darle una oportunidad a las manualidades con material reciclado para decorarlo todo.
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Ahora que conoces el origen y la historia del Día de Muertos seguro tienes muchas más ganas de festejarlo. Anímate a hacerlo y honra a tus seres queridos con esta tradición milenaria.