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¿Edvard Munch 'vandalizó' su propia obra?¿Edvard Munch 'vandalizó' su propia obra?

¿Edvard Munch 'vandalizó' su propia obra?

Herson Barona - 23 Feb 21

Articulo

5 min.

Edvard Munch, El grito, Museo Nacional de Noruega.

 

El grito se sigue oyendo 😱

El grito (1893) es sin lugar a dudas una de las obras de arte moderno más conocidas en el mundo. Hay memes que la parodian, emojis que la imitan, personajes de ficción inspirados en ella. Esta pieza ha permeado la cultura pop de Occidente, acaso porque cristaliza en toda su crudeza la imagen arquetípica de la ansiedad en el mundo moderno —sin romantizarla, logrando transmitir ese inquietante estado del espíritu humano que encuentra resonancias en la actualidad

De aquel grito, que ha llegado hasta nosotros desde las postrimerías del siglo XIX, hoy todavía alcanza a escucharse algo. 

 

¿Pintada por un loco?

Una minúscula inscripción —descubierta en 1904— en la primera de las cuatro versiones de esta icónica pintura, que representa a un hombre (entre famélico y fantasmal) sobre un puente, con las manos en el rostro y los ojos desorbitados en un grito agónico, esta minúscula y casi inadvertida grafía ha sido objeto de un sinnúmero de teorías y conjeturas en el mundo del arte. La frase en cuestión, escrita a lápiz y hallada en el ángulo superior izquierdo de la obra, dice: “Sólo pudo haber sido pintada por un loco” (could only have been painted by a madman).

 

Inscripción en las nubes de El grito; detalles visibles por medio de fotografía infrarroja. Museo Nacional de Noruega.

 

Por mucho tiempo, los críticos de arte se preguntaban si esta leyenda había sido un acto vandálico o no. Tras una serie de pruebas llevadas a cabo por el Museo Nacional de Noruega, donde la obra atravesaba por un proceso de conservación previo a ser exhibida en Oslo el próximo año, se llegó a la conclusión de que la frase fue escrita por el propio Munch.

Fue así como se resolvió este misterio del arte: El equipo que llevó a cabo la investigación —y que incluyó al conservador Thierry Ford, a Lasse Jacobsen, quien realizó la investigación bibliográfica y a Mair Britt Guleng, la curadora del museo— llegó a esta conclusión después de comparar con tecnología infrarroja la caligrafía hallada en la obra con las cartas y diarios de Munch. 

Guleng, que además es especialista en la obra del pintor noruego, declaró que no hay duda de que la escritura corresponde a Edvard Munch, “mis excolegas del Museo Munch, donde estuve a cargo de la digitalización del archivo de escritos de Munch, llegaron a la misma conclusión”, agregó, y cree que el comentario escrito en la obra revela en cierto sentido el estado mental del autor.

Se especula que Munch escribió esa nota en 1895, después de haber asistido a una reunión en la que un joven de nombre Johan Scharffenberg comentó que El grito tenía haber sido pintado por alguien con perturbaciones mentales. Scharffenberg llamó a Muncho "loco" y "anormal". Esto ocurrió en un encuentro organizado en la Asociación de estudiantes de Oslo debido a las críticas negativas que había recibido la exhibición de Munch en la galería Blomqvist. 

 

La anécdota es conocida porque el propio Munch escribió en varias ocasiones sobre ella en sus diarios, incluso décadas después de ocurrida. “Es una combinación de ironía y vulnerabilidad —declaró Guleng—. Munch se lo tomó con mucha seriedad. El comentario lo hirió porque había una historia de enfermedad en su familia [...] Al escribir la frase en las nubes [de su obra], de cierto modo tomó control de la forma en la que era percibido".

Guleng ve en esta marca un rasgo del carácter experimental de Munch, quien, a lo largo de su carrera artística, mostró un particular interés por la superficie de sus obras. Pero más allá de eso, en torno a esta cuestión surge una pregunta por el sentido de esta intervención artística, ¿qué es lo que realmente quería decirnos Munch? El gesto es ambiguo: ¿se trata de una pregunta retórica o de una declaración de principios?