Las empresas tenemos un rol importante al momento de impulsar a mujeres en puestos de liderazgo, por lo que tenemos que ir más allá de la implementación de acciones para poder garantizar el acceso a oportunidades que beneficien a su crecimiento profesional.
Por: Martha Gómez, head of People de Telefónica Movistar México
Cuando hablamos de liderazgo femenino, siempre viene a mi mente una cita de Sheryl Sandberg, quien fuera la COO de Meta hace unos años, que resume lo importante que es tener mujeres en puestos de liderazgo e involucradas en la toma de decisiones, no solo para impulsar el crecimiento de las empresas, sino también para fomentar la inspiración y motivación de otras mujeres, teniendo referencias reales de hasta dónde pueden llegar. Ella dijo alguna vez: “necesitamos mujeres en todos los niveles, incluida la cabeza, para cambiar la dinámica, remodelar la conversación, asegurarnos de que las voces de las mujeres se escuchan y se tienen en cuenta, no se pasan por alto ni se ignoran”.
Y es que actualmente, a nivel global sólo el 28.2% de las mujeres ocupan puestos de liderazgo, sin embargo, nueve de cada 10 mujeres menores de 30 años quieren ascender al siguiente nivel en el organigrama. Pero, más allá de su deseo por crecer profesionalmente, las mujeres han demostrado día a día su capacidad para convertirse en esas líderes que inspiran y motivan a sus equipos, impactando directamente en el crecimiento económico de sus organizaciones.
Ejemplo de ello son aquellas empresas que tienen a mujeres en puestos de esta índole, las cuales registran un 50% más de ganancias y desempeño accionario . Además, las mujeres generan un impacto directo en la innovación de procesos dentro de las organizaciones, y sumar a un 10% más de ellas en las juntas directivas da como resultado un incremento en las inversiones relacionadas con temas de innovación.
Adicionalmente, aquellas empresas que tienen una mayor representación de mujeres en sus consejos directivos obtuvieron un 42% más de retorno sobre las ventas, así como un 66% más de retorno sobre el capital invertido en comparación con aquellas compañías que estaban integradas principalmente por hombres.
Analizando este impacto, es claro que debemos trabajar en conjunto organizaciones, sector público y organismos educativos y autónomos para promover el acceso de más mujeres a oportunidades laborales de calidad. Pero eso no basta. Debemos brindar acompañamiento, capacitación y mentoría para que desarrollen todo su potencial, obtengan crecimiento profesional y lleguen a los puestos de liderazgo.
Si bien no hay una receta a seguir para lograrlo, sí podemos fomentar buenas prácticas que nos permitan potenciar la presencia de más mujeres en estos cargos. Te comparto cinco puntos clave:
- Identificar de manera temprana a las potenciales líderes.
Podemos lograrlo a través de una retroalimentación temprana en sus carreras, pues al conocer sus fortalezas y áreas de oportunidad podemos ayudarlas a que comiencen a desarrollar más habilidades duras y blandas que más adelante les permitirán asumir responsabilidades mayores.
- Establecer programas de carrera y mentoría.
Más allá de ser una estrategia que ayuda a disminuir la rotación laboral, incrementará su satisfacción y compromiso con la empresa al tener claridad de las oportunidades de desarrollo. Asimismo, impulsar estos programas dentro de las empresas nos permite brindar herramientas a las mujeres para que puedan desarrollarse de una mejor manera dentro de sus puestos, mantenerse actualizadas, formar parte de los procesos de innovación del negocio, así como la adquisición de nuevos conocimientos enfocados en la formación en liderazgo, gestión de proyectos y toma de decisiones.
- Crear políticas de paridad de género.
La construcción de políticas de paridad de género no solo es un asunto gubernamental. Las empresas también podemos impulsar estas políticas internamente para lograr la equidad en los centros de trabajo garantizando que hombre y mujeres tengan las mismas oportunidades de empleo, remuneración, ascenso y desarrollo profesional. Promover la paridad de género ayuda a crear una cultura organizacional positiva, basada en el respeto y la equidad, lo que puede mejorar la moral y el compromiso de los empleados.
- Desarrollar una cultura empresarial diversa, equitativa e inclusiva.
Las políticas de diversidad, equidad e inclusión son cada vez más importantes para las compañías a nivel mundial. Y es que a través de éstas se pueden impulsar entornos más inclusivos
- Impulsar espacios seguros.
Contar con una política de cero tolerancias a situaciones de acoso y violencia en los centros de trabajo es fundamental para que las mujeres puedan desarrollar todo su potencial en el ámbito laboral. Aquí también se incluyen las microagresiones, que van desde el mansplaining hasta uso de estereotipos de género e insultos, por muy sutiles que puedan ser.
Todos estos esfuerzos no solo nos pueden ayudar a incrementar el número de mujeres líderes, también nos permiten tener un rol más activo en la lucha para cerrar la brecha de género y lograr la equidad en cada vez más ámbitos sociales. Si bien se han logrado excelentes avances para las mujeres en México, aún persisten una infinidad de situaciones con las que debemos enfrentarnos y no deberíamos. Como empresas es importante comprender la importancia de impulsar el liderazgo femenino y tomar acción, pues estaremos creando muchas más oportunidades que sean contundentes y que permitan dar más pasos para las mujeres en diversas áreas, logrando un impacto sólido a futuro en beneficio de todos.