Entender a un director de fotografía como alguien que manipula una cámara de alta tecnología para captar las tomas de una producción audiovisual, es incurrir en un error. Para empezar, estos proyectos inician la gran mayoría de veces en papel, lo que implica una necesidad de traducir esa historia a otro espacio: una forma final de imágenes en movimiento.
La respuesta a qué hace un director de fotografía, está destinada al logro o éxito de esa transformación y además, a plasmar las intenciones del director. En este sentido, lo verdaderamente importante de este oficio es la subjetividad y la visión de la persona a cargo.
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A su vez, se podría decir que la verdadera arma del director de fotografía es la luz. Santiago Mouriño, en su curso de Introducción a la dirección de fotografía, menciona una interpretación clave:
“No se trata de agregar luz o iluminar, se trata de transitar el espectro completo, desde la sombra hasta la luz, para poder representar y crear imágenes potentes que transmitan emociones y puedan contar una historia.”
Ahora que ya está un poco más clara la función de este oficio, analicemos con la ayuda de Santiago 3 series y la participación de la fotografía en cada una ellas.
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Mr. Robot
Sólo ver unos segundos de Mr. Robot me genera un sentimiento de extrañeza. Esta serie aborda un universo de hackers insurrectos. Las temáticas que atraviesa su historia son muy reales, a su vez todo es presentado ante nuestros ojos de una manera muy particular. Sin duda, esto tiene que ver con cómo se trabajan los encuadres. Santiago lo expone de esta manera:
“De la fotografía de Mr. Robot no se puede hablar sin hablar de los encuadres, creo que es lo más particular que tiene esa serie y quizás eso es lo que te hace sentir que estás viendo algo extraño. Está diseñada desde la fotografía para generar ese efecto. Todo lo que es encuadres usa la herramienta de componer a los personajes con aires negativos, en lugares del cuadro donde no se está acostumbrado a verlos.”
Además, Mouriño percibe una intención detrás del planteamiento para los primeros planos que se desarrolla en la serie:
“Cada personaje tiene un lente asignado para sus primeros planos. Se entrecruzan las distintas tramas, hay como un juego en esto, se intercambian algunos lentes. Habría que ver si no se desarrolla un metalenguaje con el uso ellos.”
Es sin dudas un detalle muy interesante, pero hay otro aspecto que vale la pena resaltar para Santiago. Mr Robot tiene la intención de crear un universo muy particular y para ello no se vale sólo de la fotografía, hay todo un diseño de producción enfocado en generar las sensaciones mencionadas y aportar riqueza a la trama. Mouriño aprecia cómo la fotografía de esta serie logra un diálogo con todas las demás áreas, pues hay que recordar que se trata de un trabajo colectivo.
Atlanta
La fotografía de Atlanta me parece muy característica de esta serie, quizás sea el grano que tiene la imagen, pero hay algo que la vuelve muy reconocible para mí. No resalta particularmente, de hecho cuando pienso en esta serie, creo que lo hago en torno a detalles que tienen que ver con el guion.
Pero hay una funcionalidad y sutileza en la fotografía de Atlanta que resultan muy valiosas. Mouriño lo explica así:
“Lo que me parece más interesante de la fotografía de Atlanta es que es súper naturalista, dentro del universo de realismo mágico que plantea. No es pretenciosa y tampoco es algo hiper estilizado, como podría ser Mr. Robot por ejemplo. Sin dudas no es una serie que apunte a que la fotografía brille por sí misma, lo que hace que nos hagamos una pregunta ¿qué es una buena fotografía, aquella que llama la atención, o la que hace avanzar la trama de manera invisible?”
Hay otro aspecto que vale la pena tener en cuenta con la fotografía de Atlanta, y este es la cadencia de su puesta de cámara. Santiago explica que para ser un formato televisivo, donde las tramas de los episodios debe narrarse en lapsos de 20 a 25 minutos, el ritmo que tiene la puesta de cámara es peculiarmente lento.
Esto va acorde a la propuesta naturalista que mencionamos líneas arriba, la serie se toma su tiempo para desenvolver la trama orgánicamente o comunicar sutilmente aspectos de la historia. Un ejemplo son los planos de establecimiento filmados con teleobjetivos desde lejos, espacio en el que vemos a Earn el protagonista y en donde se resalta la soledad de este personaje.
Better call Saul
Saul Goodman fue uno de los personajes más emblemáticos de Breaking Bad y en Better call Saul asistimos a la creación de este alter ego por parte de Jimmy McGill, verdadera identidad del corrupto abogado. A diferencia de su predecesora, esta serie no va de romper los propios parámetros morales, sino más de asumir una naturaleza propia que no corresponde con las expectativas de los demás, ni de la familia o personas cercanas, y además, predispone a lidiar con las consecuencias de esto.
McGill decide dejar todas esas expectativas atrás y por eso se convierte en Saul Goodman, pero al mismo tiempo está claro que tarde o temprano deberá asumir las consecuencias de su elección.
Esto quizás tenga que ver con la elección de usar el blanco y negro para los pasajes del presente del personaje, donde lo vemos asumiendo una identidad falsa para protegerse y realizando un trabajo modesto. Acerca de esto, Santiago Mouriño menciona:
“El uso del blanco y negro para separar el tiempo narrativo. Se genera una especie de confusión, porque el blanco y negro se asocia al pasado, pero pronto nos damos cuenta que lo que vemos pertenece a un tiempo posterior incluso a los eventos de Breaking Bad”.
Acá el blanco y negro está empleado para expresar un sentimiento de desolación e incertidumbre. No sólo sirve para delimitar un tiempo diferente, sino también un estado de ánimo más sombrío.
Analizar la fotografía de las series que vemos es un ejercicio excelente para entender las posibilidades de este oficio. Aplícalo con tus series favoritas y aprende más sobre la dirección de foto con el segundo curso en Crehana de Santiago Mouriño.