Ya puedes escuchar el episodio cinco de La Caracola en donde nos cuestionamos si todo es una conspiración. ¿Será cierto que nos controla un gobierno en las sombras? ¿Existen los reptilianos? ¿Qué es un podcast? Bueno, no queremos llegar tan lejos tampoco. Porque creemos que lo más interesante detrás de esas preguntas es el fenómeno que las genera.
Episodio 5: ¿Todo es una Conspiración?
La información
Podríamos decir que la gran oferta de medios ha ocasionado que la información pase a un segundo plano y sea muy necesario un “valor agregado” de algún tipo - aparte del entretenimiento - para volverla de interés del público. Y por otro lado, es obvio el gusto que todos tenemos porque se nos cuenten historias.
"Develar los grandes misterios de la existencia". Suena interesante, pero sobre todo emocionante. Además, el juego de poderes del mundo es complejo y es natural los intentos de simplificarlo y explicarlo.
Las conspiraciones
Es cierto que las conspiraciones han sido parte de la historia humana y que han configurado grandes sucesos. La Revolución Francesa y todos los procesos de emancipación de América Latina empezaron como conspiración, por dar un ejemplo. Pero, ¿cómo es que platillos voladores y extraterrestres terminan siendo protagonistas en la explicación de los verdaderos problemas del mundo?
Rastrear las huellas de las teorías de conspiración en la cultura, nos puede llevar del mítico incidente de Roswell en 1947 a tours en Egipto, donde hasta hace poco canales de YouTube como Mundo Desconocido brindaban servicios de guía por los lugares arqueológicos, introduciendo información “alternativa”.
Es conocido el jeroglífico de Abidos, donde parecieran verse grabadas en roca naves modernas muy distantes a las épocas del antiguo Egipto. Lo que para científicos es un ejemplo clarísimo de pareidolia: efecto en el que un estímulo vago es percibido como una forma reconocible. Puede ser presentado ante ti como una verdadera prueba de que los ancestrales pueblos del río Nilo tuvieron contacto con civilizaciones extraterrestres más avanzadas.
De todos modos, es posible que pienses que esto no significa mayor lío. Es decir, si alguien quiere que le cuenten determinada cosa mientras ve las pirámides de Giza o el Machu Picchu, pues ¿qué problema hay? Creemos que no es tan sencillo.
Si te dijera, sin más, que existe una tetera orbitando entre la Tierra y Marte, probablemente no me darías crédito y terminarías la conversación. Pero si de pronto, la noticia de la tetera es repetida y repetida en diversos espacios y medios; es casi seguro que habrán personas que empezarán a creer en esta alucinante revelación. La Tetera de Bertrand Russell, una analogía que le sirvió para refutar la existencia de Dios, nos sirve ahora para pensar en cómo las noticias falsas y la información sin verificar puede cobrar verdadera relevancia.
Solamente hace falta pensar en los terraplanistas y en cómo a pesar de toda la evidencia de que la Tierra es redonda, esta creencia logra ganarse adeptos. Por sí solo, el hecho de que existan personas pensando que el mundo es llano como una hoja de papel, parece inofensivo.
¿Hoy, qué está pasando?
Es entonces, cuando conviene voltear y ver lo que sucede con las personas que se muestran en contra de las vacunas. Un informe de abril de 2019 de Unicef advierte que cerca de 3 millones de niños, solamente en Estados Unidos y Reino Unido, no habían recibido la primera vacuna contra el sarampión en los últimos 8 años.
La propagación de teorías de conspiración en torno a las vacunas sería uno de los factores que ha generado este panorama en el que numerosos padres y madres de familia optan por pasar de vacunar a sus hijos. Y esto, a su vez ha generado brotes mundiales de una enfermedad, como el sarampión que podría estar totalmente contenida.
Las noticias falsas parecen presentarnos un panorama en el es que necesario controlar la información; pero al mismo tiempo saltan los dilemas con respecto a la libertad de expresión. Es un tema complejo al que quisimos darle un poco de atención junto a Alejandra Vizarreta y Andres Kishimoto en La Caracola.